LAS MICROALGAS Y LAS AGUAS RESIDUALES EN CANARIAS
Muelle del Puerto de la Cruz. |
Las microalgas son microorganismos microscópicos, fotosintéticos, polifiléticos y eucariotas.
Estos últimos años, las microalgas, han dado de qué hablar debido a su proliferación en las costas de Canarias, y aunque han habido distintas teorías sobre su origen y las consecuencias que podrían tener sobre el medio y las personas, ya se ha aclarado que la existencia de estas microalgas no se debe a vertidos tóxicos, si no a unas las condiciones meteorológicas determinadas, como que la temperatura del agua del mar este verano haya estado entre 2 y 3 grados por encima de lo normal.
Su presencia es
bastante visible porque cambian el color y olor del agua. También, a
veces, se pueden detectar por la existencia de natas o manchas.
En cuanto a sus posibles efectos, la mayoría de las microalgas son inofensivas, pero una de las presentes en Canarias, la Trichodesmium erythraeum,
produce dermatotoxinas que pueden provocar conjutivitis y dermatitis, a
través del contacto dérmico, es por ello que se recomienda no bañarse
en lugares afectados. Sobre el medio acuático, el peligro es más real
debido a los efectos que puedan sufrir la fauna y flora presente en la
zona afectada.
Depuradora situada en el Valle de Güímar. |
Pero
no son esas las únicas depuradoras de la isla que vierten aguas sin el
tratamiento previo necesario. Y es que en Tenerife el 21,74% del agua se
vierte al mar sin el tratamiento necesario, según el consejero de Aguas
de la Corporación insular, Manuel Martínez.
Esto
provoca la contaminación y destrucción progresiva del medio acuático,
ya que desde que una zona se ve afectada, todo el ecosistema a su
alrededor resulta alterado.
Esto,
se puede obervar en algunas de las playas de Tenerife, como es el caso
de las playas de La Tejita y El Médano en Granadilla de Abona y Valle de
Güímar en Candelaria, las cuales fueron un foco de atención para
Greenpeace el pasado mes de agosto cuando decidieron cerrar las tres
playas de forma simbólica.
Y esto es lo que nos lleva a lo que se denomina un proceso de eutrofización. Dicho proceso consiste en el enriquecimiento de
nutrientes del agua que tiene lugar cuando el ecosistema es contaminado químicamente.
En ecosistemas acuáticos, con la eutrofización empiezan a proliferar algas unicelulares, normalmente algas verdes. En los océanos, la eutrofización local puede provocar una marea roja.
Marea roja en Los Gigantes durante el mes de julio de 2018. |
En aguas saladas este proceso se debe sobretodo a las aguas residuales que como ya mencionamos anteriormente, alteran las cantidades de las sustancias químicas que posee el agua. En aguas dulces, este proceso suele tener lugar debido a la contaminación de los suelos y los acuíferos con fertilizantes que aportarán al agua nitrógeno, potasio, fósforo, etc.
Como consecuencia, la existencia de diversas especies será prácticamente imposible, incluso en un cuerpo de agua cerrado, como puede ser un estanque, este proceso podría llegar a convertir el cuerpo de agua en tierra firme.
Por lo que, como conclusión, podríamos afirmar que son nuestras acciones las que más perjudican al medio ambiente y, sin embargo, no estamos haciendo nada para evitarlo.
Dariasa Rodríguez de Ara.
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