LOS MICROPLÁSTICOS

La preocupación está comenzando a convertirse en una amenaza real, tanto a los ojos de la sociedad como a los de los investigadores. Pero, ¿qué tienen de especial los microplásticos para levantar las alarmas?

Llamamos microplásticos a las partículas de este material de menos de cinco milímetros. Cuando estos plásticos llegan al mar, los impactos, el sol y muchos otros factores hacen que se rompan. Así, el mar hace, prácticamente, de trituradora de estos materiales. Algunos son tan pequeños que no podemos detectarlos, pero están ahí, incluso han llegado a detectarse en sondas hasta a cuatro kilómetros bajo el mar. Actualmente se cree que no hay ni un solo mar que no contenga microplásticos.

El peligro principal que suponen es su intensa capacidad contaminante. Pueden aparecer en cualquier lugar: desde aguas potables, al suelo y hasta en la comida. Los animales los ingieren y acumulan, y pasan por toda la cadena trófica, viéndonos así afectados tanto las personas como el resto de seres vivos que los ingieren ya sea de forma directa o indirecta al alimentarse de otro animal que previamente haya ingerido microplásticos. Además supone una alteración en el ecosistema

Una de las mayores preocupaciones por parte de los investigadores canarios es la creciente presencia de plásticos y microplásticos en las islas. El grupo EOMAR, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, estudia activamente la contaminación por esta sustancia. Según sus resultados, la presencia de este contaminante es especialmente clara en las costas orientadas al norte y noroeste de las islas y tras analizar las playas de Lanzarote, La Graciosa y Gran Canaria, el resultado indica que la mayor parte del plástico que llega a las islas procede de otras partes del mundo.

Aunque lo confundamos con arena, una gran parte de lo que pisamos en sus orillas son pellets de resina o carbón mineral. Hasta un 44% de estos residuos encontrados corresponden a la materia prima a partir de la que se fabrican los productos plásticos. Este resultado indicaría el origen de la contaminación, que provendría del arrastre ya que en las islas no existen industrias dedicadas a la fabricación de plástico.

El grupo EOMAR ha estado investigando, entre otras cosas, cómo mejorar la detección y el tratamiento de estos microplásticos, con la intención de prevenir o plantear situaciones de intervención para reducir su contaminante presencia en las costas canarias o, incluso, en el resto del mundo.

Para poder combatir la contaminación debemos reducir la dependencia y e uso de plásticos para innumerable cantidad de cosas. Además, cada vez son más los expertos que tratan de mejorar el diseño de dichos plásticos en vez de tratar de eliminarlos directamente. Cierto es que los plásticos biodegradables nos permiten reducir la contaminación a largo plazo de una manera notable. 

Por otra parte, muchos mares, acuíferos y entornos naturales ya han sido contaminados con microplásticos. Es por ello que ahora nos toca hacernos cargo de esta situación que es culpa nuestra y, buscar soluciones.